La palabra Timbal proviene del griego "typanum" que significa membrana que vibra, pero el verdadero origen de estos instrumentos no es griego si no árabe y provienen de una denominación general que se dan a los instrumentos en forma de tambor (pequeños o grandes) y conocidos con el nombre de "naqqara".
Usados por doquier en todo el mundo, en cada lugar de la tierra reciben nombres diferentes y tareas dispares dependiendo de la cultura de los pueblos que los usan. Así existen muy pequeños y muy grandes, usados individualmente o a pares, con afinación determinada o con un contraste entre bajo y alto sin afinación concreta.
En Europa no aparecen los timbales hasta el tiempo de las cruzadas, pero en oriente y Africa estos han sido utilizados habitualmente para rituales y festividades relacionadas con la religión o con cualquier otra actividad humana acompañada de música. En la India para rituales y actuaciones dramáticas, al este del mediterráneo, por pares y con una caja de resonancia mas o menos esférica, en Etiopía con carácter religioso, apareciendo por primera vez un grabado en el que se golpean cuatro pequeños tambores esféricos acompañando a un flautista.
Los timbales llegaron a Europa durante las Cruzadas siendo un gran premio si se capturaban en batalla ya que eran tan defendidos como los estandartes o las banderas. Estuvieron en desuso hasta 1470 cuando el Rey Enrique VIII Compro y contrato a timbaleros para tocar a lomos de caballos. En el tiempo de Juan II un regimiento a caballo estaba provistos de estos timbales para ser tocados en paradas y batallas. Los timbales en la mayoría de las ocasiones acompañaban a los trompetistas de corte e incluso pertenecían al mismo gremio, tan prestigioso en la época de los músicos de palacio.
En Alemania, en 1623 se estableció el Kettledrumming, donde no se le permitía a nadie poseer esos preciados timbales a menos que no los hubiera capturado en batalla.
Ya durante el Barroco los Timbales (tambores de caballería) se pusieron a uso de las orquestas para uso exclusivo en acompañamiento de las trompetas siendo instrumentos tanspositores ya que siempre se escribían en Re (agudo) y La (grave), y aunque eran difícilmente afinables, para evitar tener dos juegos de timbales por orquesta se le acoplaron unas llaves (S. XVII) en forma de tornillo para poder afinarlos en Sol (grave) y Do (agudo). Sin embargo su cambio de afinación era tan dificultoso, tenían tantos problemas con la humedad y la presión del parche, que a pesar de tener un rango de interpretación posible de una 5º ningún compositor se atrevía a escribir esos cambios, tan sólo algunos timbaleros y directores por cuenta propia podían incluir esos cambios en la interpretación de las obras.
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